¿Cuánto tiempo dedicas a la reflexión cristiana en tu día? ¿Para pasar momentos de reflexión conectándote con tu Dios?
Como creyente, pasar tiempo reflexionando y contemplando es increíblemente importante. Pero, de alguna manera, puede quedar al final de nuestras listas de tareas.
Tener un trabajo demandante, una familia joven y todo tipo de responsabilidades pueden obstaculizar la reflexión cristiana. Y luego está el elefante en la habitación: ¿sabes siquiera cómo pasar un tiempo de silencio con Dios? ¿Son tus reflexiones cristianas diarias inspiradas y llenas de emoción y avance? ¿O te encuentras soñando despierto y preguntándote cómo lo hacen los demás?
Aquí exploramos cómo puedes invertir en la reflexión cristiana para transformar tu relación con Dios. No solo eso, sino también tu bienestar y toda tu vida.
Reflexión cristiana: Conectando con Dios a través de tus pensamientos
Llenar nuestros pensamientos con las Escrituras y palabras de ánimo llenas de fe es la base del crecimiento de una relación fuerte con Dios.
Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio. Filipenses 4:8
La Biblia nos anima a desempeñar un papel activo en nuestra manera de pensar. Se nos enseña a guardar y liderar nuestros pensamientos, en lugar de dejar que nuestra mente se detenga en cualquier cosa que surja.
En 2 Corintios 10:3-6 Pablo escribe que tenemos que llevar ‘cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo’.
“Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo. Y estamos dispuestos a castigar cualquier acto de desobediencia una vez que yo pueda contar con la completa obediencia de ustedes.”
Aquí se nos recuerda que no debemos ser de este mundo y, por lo tanto, tampoco deben serlo nuestros pensamientos. Eso no significa que tengamos que apartarnos de la cultura y la sociedad, sino que debemos guardar nuestra mente. Tenemos la habilidad, a través de nuestra fe, de someter cada pensamiento a Jesús.
Imagina el impacto que tendría en nuestro bienestar llenar nuestra mente solo con lo que es noble, correcto, puro y hermoso.
“Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” es una famosa parte de la Escritura que se encuentra en Proverbios 23:7.
Cuanto más pensamos acerca de Dios, cuanto más nos centramos en su belleza y bondad, más nos renovamos.
Dedicar tiempo a la reflexión cristiana
Una cosa es saber que invertir en la reflexión cristiana puede tener un impacto transformador. Otra cosa es encontrar el tiempo en tu día para ella.
Hay muchas maneras flexibles y fáciles de alimentar tu tiempo devocional con Dios. Glorify, por ejemplo, está llena de contenidos inspiradores diseñados para que reflexionar con Dios sea fácil y sin esfuerzo.
La clave, sin embargo, es convertir en hábito el tiempo que reservas para la contemplación cristiana. La constancia y el compromiso son la clave para convertir algo en un hábito. ¿Por qué no intentas comprometerte a pasar diez minutos de intimidad con Dios cada mañana durante un par de semanas? Ya sea poniendo el despertador un poco más temprano o escuchando un podcast durante el viaje al trabajo.
Fortalecer tu relación con Dios
Los personajes bíblicos modelan una variedad de maneras diferentes de fortalecer tu relación con Dios. Pero, una cosa que vemos hacer una y otra vez es el hábito de apartarse para pasar tiempo a solas con Dios.
Sin embargo, la fama de Jesús se extendía cada vez más, de modo que acudían a él multitudes para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades. Él, por su parte, solía retirarse a lugares solitarios para orar. Lucas 5:15-16
Hay muchos ejemplos de Jesús retirándose de las multitudes y de sus compañeros para estar a solas y orar. Fue en estos momentos en el desierto, solo con él mismo y con Dios, donde vemos a Jesús fortaleciendo su determinación y su relación con su Padre.
En Marcos encontramos otra descripción de Jesús apartándose para conectar con Dios:
“Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar.” Marcos 1:35
El hábito de Jesús de encontrar un lugar tranquilo y a solas para orar nos enseña que para que nuestra relación con Dios se fortalezca debemos priorizar el pasar tiempo de calidad con él. Solo nosotros y Dios. Como cualquier otra relación amorosa, debemos fomentar la intimidad entre nosotros y Dios, invirtiendo en un tiempo precioso juntos.
Formas sencillas de comenzar a practicar la reflexión cristiana
Si no estás seguro de cómo empezar con la reflexión cristiana, aquí tienes dos técnicas sencillas para ponerte en marcha.
Prueba escribir un diario. Escribir tus oraciones y pensamientos para Dios en un diario puede ser una herramienta brillante para ayudarte en tu contemplación. Intenta escribir sobre diferentes temas, un día podrías escribir una lista de cosas que quieres agradecer a Dios y al siguiente podrías escribir lo que esperas para el mes que tienes por delante. Mientras escribes, dedica cada línea en tu cabeza a Dios e invítale a responder en tu vida.
Usa música. Si crees que te distraes con facilidad cuando intentas tener un tiempo devocional con Dios, prueba usar música para mantener tu atención. Busca una lista de canciones cristianas, Glorify tiene muchas opciones, elige una canción al azar y, mientras la escuchas, intenta concentrarte en la letra. Si encuentras una letra o un estribillo que te llame la atención, conviértelo en tu oración del día.
Llenar nuestra mente de reflexiones sobre la bondad de Dios y cosas buenas, puras y admirables puede transformarnos. También hemos aprendido que invertir en la reflexión cristiana fortalecerá tu relación con Dios. Jesús es nuestro ejemplo inspirador de cómo apartarse para pasar tiempo a solas con Dios puede convertirse en un hábito para nosotros.
Ya sea que necesites una buena lista de canciones o una caminata matutina para lograrlo, la única parte de la reflexión cristiana que realmente importa es que te conectes con tu amoroso Dios Padre.
Recuerda que él también desea conectarse contigo.