Para Jesús y sus doce discípulos, leer la Biblia diariamente habría sido normal, aunque, por supuesto, habrían estudiado la Torá en lugar del libro completo como lo conocemos hoy. Lo mismo ocurre con la mayoría de nuestros héroes bíblicos. De hecho, podemos ver que estos hombres inspiradores como Daniel y David conocían la Biblia por la frecuencia y precisión con que la citaron. En momentos de estrés y presión, podemos ver que, tanto Daniel como David recurren a las Escrituras para sobrellevar estas temporadas. Jesús también citó versículos del Antiguo Testamento e incluso explicó algunas de sus decisiones haciendo referencia a un pasaje de las Escrituras. En Mateo 4:1-11, cuando Jesús fue guiado por Espíritu al desierto y luego tentado por Satanás, él citó al Antiguo Testamento, usando las verdades de las Escrituras como su defensa contra el enemigo. “El tentador se le acercó y le propuso: —Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan. Jesús le respondió: —Escrito está: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
En la actualidad, para la mayoría de los creyentes, un conocimiento profundo de las Escrituras no es lo común. Podemos recordar algunos versículos de memoria aprendidos en la escuela dominical o tener un salmo favorito, pero la lectura diaria de la Biblia puede parecer poco realista o incluso imposible. Sabemos que pasar tiempo leyendo la Biblia todos los días puede ayudarnos a conectarnos con Dios y brindarnos consuelo, aliento y dirección. Pero, ¿cómo puedes empezar a leer la Biblia a diario cuando resulta difícil encontrar el tiempo para leer siquiera una novela? Te compartimos tres formas para ayudarte a que la lectura de la Biblia sea una rutina alegre de tu día a día:
En el Salmo 1:1-3 leemos: “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!" Los primeros versículos del Salmo 1 contienen una hermosa promesa, nos dicen que alguien que se deleita en la Palabra del Señor es “como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan.” También, nos da un punto de partida brillante sobre cómo hacer que la lectura diaria de la Biblia sea un hábito, nos anima a meditar en la palabra, de día y de noche. Tratar de meditar en las Escrituras, en lugar de simplemente leerlas, puede cambiar la forma en que nos acercamos a nuestra lectura bíblica diaria. En lugar de concentrarte en cuánto has leído o analizado las palabras, simplemente pregúntate y reflexiona mientras lees. No importa si solo eliges un versículo y meditas en sus palabras y cómo te hace sentir durante la totalidad de tu tiempo de oración. Al quitarle presión a tu tiempo de lectura bíblica, puedes transformarlo de una sesión de estudio a un proceso meditativo y reflexivo, aportando una nueva riqueza a tu experiencia en las Escrituras.
Es posible que hayas elegido una traducción de la Biblia cuando eras más joven y posiblemente te hayas apegado a ella, sin embargo, probar una nueva traducción es una buena manera de fomentar la lectura diaria de la Biblia. No es necesario que renuncies por completo a tu versión preferida, el simple hecho de agregar una nueva traducción, de vez en cuando, puede aportar un nuevo enfoque a tu tiempo de devocional. Traducciones como: "Traducción en Lenguaje Actual" (TLA) o "Dios Habla Hoy" (DHH), por ejemplo, tienen un lenguaje contemporáneo diferente a la mayoría de las traducciones tradicionales que conoces. Elegir una nueva traducción puede inspirarte con una nueva perspectiva y una forma diferente de abordar la Palabra. Un simple ejercicio, como leer tu versículo favorito en dos traducciones diferentes, no requiere de más de unos minutos, pero puede ser una buena manera de reconectar con las Escrituras.. Por ejemplo, en el Salmo 1:1-3, en la Traducción en lenguaje actual: “Dios bendice a quienes no siguen malos consejos ni andan en malas compañías ni se juntan con los que se burlan de Dios. Dios bendice a quienes aman su palabra y alegres la estudian día y noche. Son como árboles sembrados junto a los arroyos: llegado el momento, dan mucho fruto y no se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hacen les sale bien!”
La tecnología puede ser de gran ayuda cuando se trata de leer la Biblia. Si bien el interminable zumbido de WhatsApp puede ser una distracción, la capacidad de acceder a toda la Biblia en tu teléfono es una bendición. Ciertas aplicaciones, como Glorify, también pueden ser una parte integral de tu lectura bíblica diaria. Glorify contiene devocionales diarios y blogs perspicaces al alcance de tu mano, es fácil encontrar material de lectura fresco que te aliente a sumergirte en las Escrituras. También puedes cosechar las riquezas de una multitud de experiencias diferentes con Dios, con escritores de todo el mundo. Puedes usar tu teléfono para escuchar la Biblia en voz alta, ya sea en línea o a través de un audiolibro. ¡Este es un consejo brillante para aquellos quienes tienen mucho que hacer en el día y no encuentran un momento para leer la Biblia! Intenta escuchar las Escrituras mientras cocinas o realizas algunas tareas domésticas, puede convertir una tarea monótona en un momento de inspiración divina.