Dios nos habla de innumerables maneras, todos los días. Si quieres escuchar más la voz de Dios, el primer paso es reconocer que él sigue hablando hoy. El segundo paso es creer que él te está hablando a ti. La voz de Dios no está reservada para los sacerdotes y pastores, los poderosos o intelectuales: Dios tiene algo que decirnos a cada uno de nosotros. La historia de la Biblia es la de un padre que anhela conectar y permanecer con sus hijos. El jardín del Edén es una bella imagen de la relación que Dios quiere tener con nosotros. Dios quiere caminar con nosotros, hablarnos y que vivamos cada día en una relación de compañerismo con él. Creer esta increíble verdad, que el Dios que creó el universo está interesado en lo que tienes que decir, es una parte poderosa de escuchar la voz de Dios.
Algunas personas escuchan la voz de Dios con mucha facilidad, mientras que otras necesitan práctica y disciplina. Esto no significa que Dios nos hable más o más fuerte a algunos de nosotros, sino que él habla de una multitud de maneras diferentes. Tú eres único y habrá un lenguaje entre tú y Dios que es tuyo y solo tuyo. Explora diferentes maneras de escuchar la voz de Dios, habla con amigos que lo escuchen claramente, lee libros escritos por aquellos que están seguros del sonido de su voz y al hacerlo encontrarás la forma que funciona para ti.
Aquí hay tres formas en las que Dios nos habla hoy para que empieces a explorar:
Algo que se observa frecuentemente es encontrar creyentes hambrientos por la dirección de Dios o de su voz en sus vidas, que aún no han recurrido a la Biblia. La riqueza, la sabiduría y la dirección que se pueden encontrar en la Biblia son infinitas. Incluso los libros que conoces y amas, pueden adquirir una nueva connotación cuando Dios te habla a través de ellos. Este es un buen punto de partida en tu camino para escuchar la voz de Dios. Pídele a Dios que te resalte un pasaje de las Escrituras hoy. Puede que te venga a la cabeza un versículo o una referencia a la que puedas recurrir o bien, puedes comprometerte a realizar un devocional regular en Glorify y pedirle a Dios que te hable a través de las Escrituras que lees cada día. El hecho de que sean palabras leídas por miles de personas o palabras que ya conoces bien no significa que Dios no las esté usando para hablarte hoy. Jesús citó las Escrituras a lo largo de su ministerio. Puedes ver lo bien que otros personajes bíblicos conocían la Biblia también, gente como David, Daniel e Isaías tomaron sus decisiones y construyeron sus vidas alrededor de las Escrituras que habrían crecido leyendo.
Dios nos habla a través de su Espíritu Santo que habita en nosotros. Es extraordinario y uno de los milagros más increíbles de la historia. Lo que esto significa es que escuchar la voz de Dios puede venir desde tu interior. Juan 14:26 es un ejemplo práctico de cómo puede funcionar esto: “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho”. En este pasaje, Jesús está describiendo una forma en la que puedes escuchar la voz de Dios a través de tus pensamientos: reconociendo al Espíritu Santo que te recuerda la palabra de Dios. ¿Has pensado alguna vez, de la nada, en una cita de la Biblia? ¿Alguna vez te ha venido a la cabeza una promesa o una instrucción de Dios? No descartes esos momentos como si fueran solo tu memoria o algo al azar. La Biblia dice que el Espíritu Santo traerá a nuestra memoria la palabra de Dios. Confía en eso cuando te ocurra.
Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Juan 10:27-28
Escuchar la voz de Dios a través de tus pensamientos y en tu cabeza (en lugar de escuchar la voz audible de Dios) puede ser una verdadera bendición en tu vida. En Juan 10 vemos a Jesús describiendo cómo sus ovejas, o sus seguidores, conocen su voz. Jesús utiliza un ejemplo muy sencillo, el de una oveja que conoce el sonido de la voz de quien la cuida, y lo utiliza para ilustrar cómo puede ser nuestra relación con Dios. Somos sus ovejas y por eso su voz, que habita en nosotros a través del Espíritu Santo, puede sonar familiar. Esto es un estímulo para no despreciar el escuchar la voz de Dios a través de tus pensamientos como una opción. ¿Has tenido alguna vez una idea un poco aleatoria en tu cabeza? ¿Se te ocurren cosas con las que quieres animar a la gente, que nunca se te habrían ocurrido a ti mismo? ¿Tienes impresiones o intuiciones sobre la decisión que debes tomar? Todo esto puede ser una señal de que estás escuchando la voz de Dios.
Una de las formas más poderosas de escuchar la voz de Dios es a través de la naturaleza y el mundo que nos rodea. Pasar tiempo en la naturaleza puede llevarnos a un encuentro con nuestro maravilloso Dios. El Salmo 19:1-4 es un ejemplo en el que la Biblia habla del poder de la voz de Dios que se escucha a través de la naturaleza: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos. Un día transmite al otro la noticia, una noche a la otra comparte su saber. Sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible, por toda la tierra resuena su eco, ¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo! Dios ha plantado en los cielos un pabellón para el sol”. Nuestro Dios creador dejó su sello en la naturaleza y en su pueblo. No subestimes el poder de algo como una puesta de sol para revelar lo que Dios te está diciendo.