El tema del descanso de Sabbath es complejo; pero merece la pena profundizar en él, porque las recompensas son muchas. La idea de un día de descanso de Sabbath proviene de las Escrituras, pero se ha practicado de diferentes maneras, tanto en el judaísmo como en el cristianismo. El resultado es que muchos cristianos hoy en día se sienten un poco perdidos y confundidos sobre el concepto del Sabbath. Empecemos con esta pregunta: ¿Cuál es tu relación con el descanso?
Puedes encontrar los orígenes de un ritmo de descanso justo donde empezó todo: en el Génesis. En Génesis 2:2-3 encontramos a Dios descansando, después de terminar su increíble obra de crear el mundo: “Al llegar el séptimo día, Dios descansó porque había terminado la obra que había emprendido. Dios bendijo el séptimo día, y lo santificó, porque en ese día descansó de toda su obra creadora”. Este pasaje de la Biblia es tan conocido que es fácil pasarlo por alto. Pero debemos recordar que Dios es un Dios que descansa. Él es infinitamente fuerte, el creador de todo y nada puede vencerlo y, sin embargo, él mismo sigue un ritmo de descanso y nos invita a nosotros a hacerlo. Aquí es donde aprendemos una de las verdades más cruciales: ninguna temporada de nuestra vida debe estar exenta de descanso. No importa lo importante o ajetreado que sea tu trabajo, no importa lo difíciles que sean las cosas que tienes entre las manos, debemos incluir un ritmo de descanso. Hemos sido creados a semejanza de Dios; él nos guía con el ejemplo, y su decisión de hacer una pausa en el séptimo día debería influir en nuestra forma de vivir hoy.
Si miramos de nuevo Génesis 2:2, leemos que Dios bendijo el séptimo día. Hay una conexión inherente entre la bendición y la fructificación y la abundancia. Piensa en la bendición de Dios a Abraham, fue una bendición de ser fructíferos. Esta conexión se encuentra en todo el Antiguo Testamento. Hay una conexión implícita aquí entonces, entre el Sabbath y la fructificación. Es fácil dejar que el descanso parezca una actividad totalmente improductiva, pero lo que Génesis nos enseña es que el descanso es, de hecho, productivo. Al descansar, nos preparamos para ser fructíferos, crecer y experimentar lo que Dios tiene para nosotros.
El tema de las tradiciones y prácticas de Sabbath es muy importante. En algunas zonas del mundo, el Sabbath se sigue practicando de forma increíblemente estricta. Las casas se quedan sin electricidad durante 24 horas y las tiendas cierran. Para otros, significa reunirse para una comida tradicional de "Sabbath" con la familia un viernes por la noche. A veces, en las comunidades eclesiásticas contemporáneas, el Sabbath se interpreta de muchas formas creativas, como prescindir del teléfono un día a la semana. Somos discípulos de Jesús, no estamos sujetos a las leyes del Antiguo Testamento. Pero observar un descanso de Sabbath no es solo un acto religioso vacío, es un ritmo establecido por Dios mismo. Jesús desafió las expectativas de los fariseos sobre lo que se puede y no se puede hacer al sanar la mano de un hombre durante el Sabbath (Marcos 3:1-6). Con ello, no estaba diciendo que el Sabbath no tuviera valor. Lo que Jesús si estaba diciendo era que en su presencia se encontraba el verdadero descanso. Experimentar el Sabbath significa buscarlo, seguirlo y pasar tiempo con él: "Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma”. Mateo 11:28-30
Necesitamos hacer dos grandes cambios en nuestra forma de pensar sobre el descanso. En primer lugar, mereces descansar. Nunca supongas que no has logrado lo suficiente. Descansar no es un signo de debilidad o fracaso. Al permitirte tomar un descanso, estás reconociendo que fuiste hecho a imagen de Dios. En segundo lugar, descansar no es solo escapar de las cosas. El descanso consiste en correr hacia Jesús. El verdadero descanso de Sabbath se encuentra en la relación con Jesús, lo que lo hace increíblemente flexible. Puedes descansar en todo lugar, mientras haces todo tipo de cosas, siempre y cuando hayas invitado a Jesús a cada momento.
Piensa en la última semana. ¿Ha habido algún momento en el que hayas parado para descansar? ¿Y la semana anterior? ¿Tienes un ritmo regular de descanso en tu vida? No los momentos en los que te desplomas, exhausto, frente al programa de televisión que ves sin pensar. Sino más bien un descanso lleno de conexión intencional con Jesús. ¿Un descanso que te haga sentir lleno de energía, inspirado y animado? Edificar una relación sana con el descanso de Sabbath requiere disciplina y tiempo. Optar por hacer una pausa y descansar, en lugar de tachar otra cosa de tu lista de cosas por hacer, es verdaderamente contracultural en estos días. Deja que la invitación de Dios a la fructificación, a través de un descanso conectado con él, te tiente a alejarte del ajetreo y la rutina diaria. Te sorprenderá el impacto en tu bienestar.
Si perdiste el hábito de descansar bien, puede llevarte un tiempo recuperar la disciplina. La mejor manera de comprometerse con un ritmo duradero de Sabbath es tratarlo como el desarrollo de un músculo. Empieza poco a poco y ve aumentando los periodos de descanso semana a semana. Con el paso de los meses descubrirás que estás reservando más tiempo para el descanso a medida que experimentas la transformación y el impulso vivificante que aporta la conexión con nuestro Creador. Aquí tienes algunas pequeñas maneras de empezar a desarrollar los músculos del descanso de Sabbath: - Pasa una noche a la semana lejos de la televisión, leyendo un libro inspirador o escuchando un podcast que te conecte con Dios - No uses el teléfono durante 24 horas - Invita a amigos a compartir una comida y anímense mutuamente - Da un paseo por algún lugar bonito - Inicia un pequeño proyecto de jardinería - Realiza una meditación bíblica en Glorify app Fotos por Khaled Ali en Unsplash
