¿A veces te cuesta conciliar el sueño? No importa si se trata de un problema en el que no puedes dejar de pensar, o si simplemente no sabes cuál es la causa, el insomnio puede afectar realmente a tu calidad de vida. ¿Qué podemos hacer cuando nos cuesta dormir? En primer lugar, tengo algunos consejos rápidos para quienes luchan con el insomnio, seguidos de algunas escrituras y una oración para dormir.
1. No pongas obstáculos antes de dormir
No lo hagas más difícil de lo que tiene que ser.
Apaga las pantallas una hora antes de acostarte. Sí, puede ser tentador darse un atracón de televisión, especialmente cuando se hace de noche en el invierno, pero la luz azul engaña a nuestro cerebro haciéndole creer que es de día, lo cual no ayuda a la hora de conciliar el sueño.
Evita la cafeína a última hora del día. Es un estimulante y lo ideal es que no la tomes entre 4 y 6 horas antes de que te vayas a dormir.
2. Tu cuerpo ama tener una rutina antes de acostarse
Si le enseñamos a nuestro cuerpo un ritmo para prepararse para dormir, solo con llevar a cabo nuestra rutina nocturna normal, le estamos indicando que es hora de descansar. Así que, sea lo que sea que hagas normalmente, sigue los pasos en la misma secuencia. Tal vez te des una ducha, tomes una bebida caliente, escribas un diario, leas en la cama o escuches un audiolibro tranquilizador. (La App de Glorify tiene devocionales y pasajes bíblicos narrados que podrían ser de gran ayuda). Obviamente, esto depende de ti y de cómo te relajes, pero cada paso le indica a tu cuerpo que es hora de descansar.
3. Escribe tus preocupaciones
Si hay algo que está rondando en tu mente y que sabes que te impide dormir, entrégaselo a Dios haciendo una oración antes de dormir. Cuando tengo un asunto con el que estoy lidiando, y no puedo dejar de pensar en eso, lo escribo, junto con todo el estrés y la preocupación que estoy sintiendo, y entonces soy capaz de dejarlo ir. ¿Por qué no tener un cuaderno junto a la cama con este propósito?
4. Termina el día orando para tener un sueño tranquilo
Es una gran idea terminar el día en oración. Reflexiona sobre el día. Da gracias por algo bueno que haya sucedido hoy y entrégale a Dios algo difícil que también haya sucedido hoy. Ora a partir de estas situaciones y emociones. De esta manera, aprenderás a llevar toda tu vida a Dios, lo bueno y lo malo. Esto se conoce como el ‘Examen’, puedes leer más sobre esta práctica en esta publicación.

5. Cómo afrontar el insomnio nocturno
A veces, con la mejor voluntad del mundo, y con todas las cosas que intentamos, seguimos sin poder dormirnos. La App de Glorify tiene listas de reproducción relajantes y devocionales simples que pueden ayudarte en momentos así. Cuando leemos o escuchamos las escrituras y elevamos la verdad de la Palabra de Dios por encima de nuestras circunstancias, esto transformará nuestras vidas.
Hay varios pasos para esto:
- Lee su palabra y deja que penetre en tu alma.
- Léela en voz alta. Puede que no nos demos cuenta, pero declarar la Palabra de Dios en voz alta marca la diferencia. Un amigo, que luchaba con la ansiedad durante la noche, me dijo que para combatirla, literalmente decía versículos de la Biblia en voz alta para lidiar con sus pensamientos ansiosos y que esto realmente le ayudó.
- Memoriza las escrituras. Puede parecer un poco anticuado, y un poco de escuela dominical, pero memorizar las escrituras es un arma increíblemente poderosa. Si podemos recordar la verdad de Dios, entonces podemos recordar la verdad a nuestra alma y mente, dondequiera que estemos.
Escucha
¿Alguna vez le has preguntado al Señor si quiere hablar contigo en esos desvelos nocturnos? Cuando he tenido periodos de dificultad para dormir, a veces me he preguntado si Dios me ha despertado solo para tener toda mi atención. Estoy seguro de que también he tenido algunas de mis mejores ideas en las primeras horas de la mañana, así que la próxima vez que te despiertes sin una buena razón, recuerda la historia de Samuel y Elí:
“Entonces Elí comprendió que el Señor estaba llamando al muchacho. 9 Y Elí dijo a Samuel: «Ve y acuéstate, y si Él te llama, dirás: “Habla, Señor, que Tu siervo escucha”». Y Samuel fue y se acostó en su aposento” (1 Samuel 3:8-9).
Incluso mientras haces una oración para dormir, prepárate para que Dios te hable, tanto en el ajetreo del día como en la tranquilidad de la noche.
Con todos estos puntos en mente, aquí están mis cinco escrituras favoritas para cuando no puedes dormir. Todos los versículos son de la NVI a menos que se indique lo contrario.
“En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado”.
Salmo 4:8
“¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia? Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estás allí. Si me elevara sobre las alas del alba, o me estableciera en los extremos del mar, aun allí tu mano me guiaría, ¡me sostendría tu mano derecha! Y, si dijera: «Que me oculten las tinieblas; que la luz se haga noche en torno mío», ni las tinieblas serían oscuras para ti, y aun la noche sería clara como el día. ¡Lo mismo son para ti las tinieblas que la luz!”
Salmo 139:7-12
“Al acostarte, no tendrás temor alguno; te acostarás y dormirás tranquilo”.
Proverbios 3:24
“La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden”.
Juan 14:27
“Esto traigo a mi corazón, Por esto tengo esperanza: Que las misericordias del Señor jamás terminan, Pues nunca fallan Sus bondades; Son nuevas cada mañana; ¡Grande es Tu fidelidad!”
Lamentaciones 3:21-23 (NBLA)
Para terminar, aquí tienes una oración para dormir.
“Padre, gracias porque estás aquí conmigo ahora. Gracias porque la oscuridad es como la luz para ti. Quita mis preocupaciones ahora Señor, te las doy todas a ti. Dame en cambio tu paz. Y Señor, si hay algo que quieras decirme ahora, habla porque te escucho”.
Sé bendecido en tu descansar y en tu despertar.