Encontrar pareja como cristiano es complejo. Además de todos los altibajos habituales de las citas, tenemos la complicación añadida de incluir nuestra fe. Hay muchas preguntas que responder y cosas que resolver mientras buscas a tu compañero/a de vida. Aquí compartimos algunos consejos y sugerencias para encontrar pareja como creyente y, sobre todo, cómo hacerlo con alegría.
Puede ser muy tentador encerrarse en uno mismo cuando se es soltero y se intenta encontrar el amor. Las iglesias a menudo parecen estar llenas de muchas parejas y muy pocas personas solteras. Resiste el impulso de retirarte y desconectarte, en cambio, concéntrate en profundizar la conexión en otras áreas de tu vida. La intimidad en sus muchas formas es buena para nosotros. Desde una amistad íntima que dura años hasta una conversación vulnerable con un mentor, abrazar la intimidad a lo largo de nuestra vida es un poderoso acto de autocuidado. Buscar intimidad con Dios, con nuestros amigos y con la familia mientras estamos solteros puede ser lo más importante que podemos hacer para ayudar a nuestra vida de pareja. Sabemos que Dios también busca activamente la intimidad con nosotros. Apóyate en la increíble invitación de Dios Padre a ser amado y conocido por él. Piensa en ello como si mantuvieras los músculos de la intimidad flexionados y preparados.
Esto es algo que debes recordar todos los días mientras buscas como pareja como creyente: nunca dudes de tu valor. Al mundo le encantaría que creyéramos que somos menos valiosos cuando estamos solteros. La mentira irresistible que todos escuchamos es que no estamos completos hasta que estamos en una relación. Recuerda, tú has sido creado entero y completo por Dios. Dios no te mira y ve a medias o como una vida menos realizada. Él te mira y se deleita en quien eres, hoy. Porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos. Sofonías 3:17 Recordar tu valor como hijo sumamente amado de Dios no solo te ayudará a adoptar una postura positiva para conocer a alguien, sino que también te ayudará a disfrutar del camino. Saber que eres amado por Dios, tan amado que envío a su único hijo a morir por ti, puede transformar la forma en que ves tus días de soltería. Eres tan valioso, tan amado y vales tanto que cada uno de tus días es precioso y está lleno de potencial. Buscar pareja ya no se tratará de buscar valor o identidad, sino de glorificar a Dios.
En los días que piensas que buscar pareja como creyente es particularmente difícil y deseas que tus días de soltería terminen, hay una estrategia poderosa que te ayudará: sigue declarando las promesas de Dios sobre tu vida. Utiliza estas escrituras para recordarte la rica herencia que tienes ante ti. Intenta leerlas en voz alta por la mañana o convertirlas en el fondo de pantalla de tu teléfono para verlas a lo largo del día. Primera promesa: él te llama amigo/aJuan 15:15 “Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes”. Segunda promesa: él tiene cosas buenas reservadas para nosotrosJeremías 29:11 “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”.
Una de las cosas más importantes que puedes hacer es invitar a otras personas al proceso. No dejes que tu orgullo o vergüenza se interpongan. Pregunta a las parejas que conoces cómo se conocieron y cómo fueron sus años de soltería antes de conocerse. Habla con tus amigos y familiares sobre tu vida sentimental, cómo te sientes y cómo pueden ayudarte. Ser abierto y vulnerable con tu comunidad puede ayudar a crear oportunidades para encontrar pareja. Te sentirás menos solo y te beneficiarás del apoyo y el ánimo de las personas que te quieren.
Ora: Suena obvio, pero puede ser fácil olvidarse de orar por las cosas que realmente nos importan, especialmente cuando es algo a lo que nos hemos aferrado durante mucho tiempo. Sigue abriéndote a Dios sobre tu vida romántica, cómo te sientes y cuáles son tus esperanzas. Pídele que se acerque a ti y comparta su corazón para ti y tu futuro. Di que sí: Decir que sí a las invitaciones y salidas es una parte importante de las citas como creyente. No te sientas presionado a decir que sí, si necesitas un tiempo a solas. Pero, a veces, vale la pena priorizar la conexión con nuevas personas.
Invierte en ti mismo: Nunca es reconfortante escuchar a las parejas felizmente asentadas, decir que hay que aprovechar al máximo los años de soltería, pero hay una pizca de verdad en ello. Dedicar tiempo a invertir en ti mismo, en tus pasiones y en tus objetivos nunca es una pérdida de tiempo.
No busques en el mundo: En ocasiones, la iglesia local es tan pequeña, que parece imposible encontrar una pareja que sea cristiana, y somos tentados a buscar en el mundo. Recuerda que Dios nos ha prohibido el yugo desigual, y no lo hizo para hacerte más difícil la tarea de encontrar pareja, sino para protegerte. Si tu iglesia local es muy pequeña, habla con tu pastor sobre grupos de jóvenes en tu ciudad a los que pudieras asistir para conocer nuevas personas. O pide a un amigo cristiano que viva en otra ciudad que te ayude a conectar con su comunidad.
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