Cualquier tratamiento médico puede ser aterrador. Tener que pasar por algo tan invasivo como una cirugía puede ser una verdadera prueba para mantener la paz. Prepararse con oración para una cirugía y meditar en versículos bíblicos alentadores, son herramientas básicas. Durante la enfermedad, recuerda que puedes confiar en el cuidado y la atención de nuestro maravilloso Dios. En los momentos más dolorosos y aterradores, Él promete estar contigo. Es una buena idea dedicar tiempo antes de tu tratamiento o cirugía para orar y conectarse con Dios. Asegúrate de pedir a otras personas de tu vida que también oren por ti.
No hay una forma correcta de orar. La oración para una cirugía puede ser tan simple como leer un Salmo en voz alta o seguir una oración guiada por sanidad de Glorify app. Incluso, podrías escribir una oración que repitas todos los días antes de tu cirugía. La oración nos conecta con Dios, y nos ayuda a reducir los pensamientos ansiosos. Cuanto más conectados estamos con Dios, más sentimos su increíble paz. Él trae consuelo y calma, incluso durante los momentos aterradores de la vida.
A menudo, cuanto más tiempo se es cristiano, más evidente se hace lo mucho que necesitamos a Dios. Fuimos creados para vivir en íntima relación con Él. Para confiar en Él y apoyarnos en Él para nuestra fuerza, dirección y consuelo. Cuando la vida se pone difícil, esta verdad se hace radicalmente más clara. Incluso las cirugías más sencillas conllevan riesgos y pueden hacernos sentir nerviosos y fuera de control. En esos momentos, ayuda detenerse, respirar y recordarnos a nosotros mismos que estamos en las manos de un Dios bueno. La oración es una conversación con Dios. Úsala como una herramienta para crecer en intimidad con Él y descubrirás que puedes enfrentar cosas como problemas médicos, cirugías desalentadoras y otras preocupaciones con paz en tu corazón.
Reconocemos que hay una gran variedad de razones para someterse a una cirugía, así que hemos recopilado algunas oraciones, para diferentes emociones y necesidades.
Querido Jesús, Tengo miedo de lo que me espera. La idea de la operación, los riesgos y la recuperación causan mucho temor en mi corazón. Por favor, Dios, sé mi fuerza y mi coraje en esta difícil etapa. Ayúdame a confiar en ti y a conocerte como mi protector y amigo como nunca antes. Te ruego que esta experiencia me acerque más a ti al experimentar cómo tu fuerza me sostiene. Amén
Padre Dios, Por favor bendíceme con tu poder sanador. Mientras me recupero de la operación, dame paciencia y paz. Que mi salud y mi recuperación sean testimonio de tu bondad y de tus poderes sobrenaturales de sanidad. Te pido que cada herida, dolor e hinchazón sean hechos nuevos en tu poderoso nombre. Devuélveme pronto mi fuerza. Amén
Querido Jesús, Te ruego que bendigas a mi equipo quirúrgico. Estoy muy agradecido por su habilidad y por lo dedicados que son al cuidado de las personas. Por favor, dales nuevas fuerzas, energía y sabiduría mientras trabajan hoy. Guíalos durante mi intervención. Amén Recuerda que Dios es tu consolador y protector. No importa cuán difíciles sean los meses venideros, Dios estará contigo en cada momento.
