En los últimos años ha aumentado el número de personas que sufren algún tipo de ansiedad. Los trastornos de ansiedad son cada vez más frecuentes en todo el mundo y afectan a personas de todas las edades, orígenes y condiciones sociales. La Biblia nos dice que resistamos el agobio de la ansiedad, pero a menudo podemos sentir que estamos ansiosos por todo. Aun los que tienen una fe fuerte pueden luchar contra la ansiedad. Quizá nos preguntamos cómo podemos reconciliar los pensamientos de ansiedad que tenemos con nuestra fe en un Dios soberano. En este blog exploraremos algunos ejemplos de lo que la Biblia dice sobre la ansiedad. También desglosaremos algunos pensamientos útiles para transitar nuestras propias batallas con la ansiedad.
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Filipenses 4:6
Probablemente, hayas leído o escuchado este versículo antes. Es uno de los versículos más famosos y citados de la Biblia y contiene una instrucción muy poderosa. El mandato de no estar ansioso puede parecer un poco extraño y quizás hasta abrumador - especialmente cuando sentimos preocuparnos por todo. Pero este versículo es en realidad un gran estímulo, así como un desafío significativo. Este mandamiento no nos dice que rechacemos la realidad de la ansiedad. Por el contrario, nos invita a entrar en la presencia pacificadora y vivificadora de nuestro amoroso padre celestial. Dios no desea que vivamos una vida restringida por el miedo. De hecho, desea que seamos completamente libres de las garras de la ansiedad. No quiere que nos alejemos de él a causa de nuestros miedos, sino que acudamos a él con confianza, pidiendo con valentía lo que necesitamos y dándole gracias por todo lo que él es. Incluso en nuestros momentos de mayor ansiedad, estamos invitados a confiar en la bondad de nuestro Dios. Al alinearnos con Dios y sus promesas, podemos comenzar el camino de aprender lo que verdaderamente significa no estar inquietos o ansiosos por nada.
Una de las verdades más reconfortantes de las Escrituras es que afirma toda la gama emocional de nuestra experiencia humana. En la Palabra de Dios podemos ver que, aunque la ansiedad no es lo que Dios desea para nosotros, es una parte normal de la experiencia humana. A lo largo de la Biblia encontramos afirmaciones sobre la realidad de todas nuestras emociones, incluso las más desafiantes. Eclesiastés 3:4 nos recuerda que cada emoción tiene su "momento" y que hay "un tiempo para llorar, y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto". Habrá momentos en la vida en los que nos sintamos en la cima del mundo y habrá momentos en los que nos sintamos abatidos por la ansiedad e inseguros sobre el futuro. Y, aunque los trastornos de ansiedad son algo real y desafiante, el sentimiento de ansiedad forma parte de la experiencia humana. No debemos pensar que somos anormales o que estamos mal si nos encontramos con sentimientos de ansiedad en la vida.
La ansiedad puede plantear desafíos únicos para los cristianos. Uno de ellos es cómo conciliar la ansiedad con nuestro camino de fe. A menudo podemos sentirnos culpables por experimentar ansiedad. Nos puede preocupar que haya algo malo en nosotros o que no estemos confiando lo suficiente en Dios. Pero la Palabra de Dios es clara en cuanto a que estar ansioso no te separa de Dios. Tampoco te convierte en un mal cristiano. Romanos 8:38-39 dice: “Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor”. No hay ningún acontecimiento, ninguna circunstancia, ninguna emoción que pueda separarte de Dios. No eres peor cristiano si luchas con sentimientos de ansiedad, y Dios no te ama menos. Eres un hijo amado de Dios, hecho a su imagen y semejanza, y eternamente suyo.
La Biblia dice claramente que no pasa nada si te sientes ansioso en la vida. Pero también promete que Dios tiene una respuesta para nuestra ansiedad. Dios nos promete su presencia a cada uno de nosotros, y un fruto de su presencia es la libertad y la liberación de los sentimientos de ansiedad y preocupación. 1 Juan 4:18 dice: “En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor”. Dios es amor. Así que podemos estar seguros y confiados de que en su presencia no hay miedo, ni ansiedad, ni preocupación, ni dolor. La Biblia también promete que Dios tendrá la última palabra. Él saldrá victorioso de todo pecado, enfermedad, dolencia y dolor. Dios promete que habrá un día en el que él derrotará toda la ansiedad. Como leemos en Apocalipsis 21:4, “Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir”. ¡Qué promesa tan alentadora! Cualquiera que sea la batalla que estés enfrentando en este momento, un día será completamente derrotada, y entrarás en una eternidad libre de toda ansiedad y preocupación.
Las promesas de Dios son poderosas y verdaderas. Siente el consuelo hoy con la verdad de que la ansiedad forma parte de nuestra experiencia humana. Podemos estar seguros de que los sentimientos de ansiedad no nos separan de Dios. Podemos estar seguros de que la presencia de Dios es una respuesta a nuestra ansiedad. Y podemos estar expectantes por el día en que la ansiedad sea derrotada de una vez por todas. Debido a estas poderosas verdades, podemos realmente no estar ansiosos por nada. Podemos entender lo que significa abrazar nuestras emociones y vivir desde la presencia y la fuerza del Espíritu de Dios. ¿Por qué no dar ese primer paso de confiar en Dios hoy? Ora a él. Invítalo a tu vida. Y confía en que él te llevará a un lugar de libertad y paz. Visita Glorify App para más recursos útiles sobre la ansiedad Foto por Alan Sardini en Unsplash