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Vivir con verdadera paz mental

Vivir con verdadera paz mental

En este mundo vertiginoso y cambiante, uno de los grandes desafíos es vivir con paz mental. Vivimos en un mundo acelerado, complejo y, a veces, caótico. Ya sea por un cambio en las circunstancias personales, la aparición de crisis financieras o una repentina pandemia global, para muchos de nosotros el mundo moderno puede atentar contra nuestra paz y provocarnos ansiedad e incertidumbre. Entonces, ¿qué dice la Escritura sobre, vivir con verdadera paz para nuestra mente?

La paz como ancla

Muchos de nosotros anhelamos una paz real y verdadera. Una paz que no sea temporal ni pasajera. Una paz que ancle nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra alma. Y una paz que permanezca a través de todas las circunstancias, pruebas y desafíos. La buena noticia es que la Biblia nos promete una paz verdadera, eterna e inagotable. Hay varios pasajes bíblicos que hablan de la realidad de recibir esa paz de Dios. Una paz sobrenatural que es posible gracias a Cristo. La Biblia promete una paz eterna y permanente que podemos experimentar de primera mano. Nos promete una paz que puede llenarnos plenamente, que desarrolle raíces profundas en nuestra alma, mente y cuerpo. Esta paz que Dios da es más grande que cualquier circunstancia, más poderosa que cualquier desafío externo y más permanente que cualquier sentimiento de ansiedad.

La promesa de paz de Dios

En el Nuevo Testamento encontramos una clara promesa de paz real y eterna. En Juan 14:27 Jesús dice, “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden”. Jesús consuela a sus discípulos en un momento en que se sienten ansiosos e inseguros. Reconoce su falta de paz y les promete una respuesta a su ansiedad. En este mismo pasaje, Jesús habla del Espíritu Santo, que vendrá a equiparlos. Este abogado les enseñará y les recordará todo lo que Jesús les había dicho. Al igual que los discípulos, hoy tenemos acceso a este Consolador, el Espíritu Santo, en nuestra vida.

Paz sobrenatural

Jesús le da a los discípulos una promesa de paz sobrenatural y esa promesa es para nosotros también. Solo Jesús puede dar algo que el mundo no puede dar, una paz que supera y trasciende todas las circunstancias. Y esa paz puede ser nuestra hoy. Jesús nos dice, 2000 años después: "La paz les dejo; mi paz les doy". No es algo que tengamos que ganarnos ni algo que tengamos que esperar. Es una promesa que puede ser nuestra hoy, que puede consolar nuestro corazón y disipar nuestro miedo. En medio de cualquier sentimiento de ansiedad o preocupación, podemos recibir una paz sobrenatural dada divinamente para vivir con paz mental.

Una paz que lo abarca todo

La promesa de paz de Dios no es solo una paz que nos satisface temporalmente. Es una paz que permanece para siempre y que nos llena por completo. Como leemos en Romanos 15:13, “Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo”. Podemos estar seguros de que la paz que Dios tiene reservada para cada uno de nosotros es una paz que nos llena por completo. Es una paz que calma nuestra alma, cuerpo y mente atribuladas. Al recibir esta paz de Dios podemos vivir con una paz mental verdadera y eterna. No necesitamos preocuparnos por las circunstancias de la vida, porque es una paz que permanece a través de todas las temporadas y eventos de la vida.

Vivir con verdadera paz mental

Aquí, en Romanos 15, también leemos que la forma en que accedemos a esta llenura de paz es a través de nuestra confianza en Dios. No necesitamos hacer nada. No tenemos que ganarnos el don de la paz de Dios. Más bien, simplemente necesitamos confiar en Dios. Al elegir poner nuestra fe en él, reconocemos que no tenemos todas las respuestas y que no podemos fabricar esa paz con nuestras propias fuerzas. En cambio, reconocemos que solo Dios puede darnos esa paz verdadera y eterna. Decidimos poner nuestra fe en él, confiando en su generosidad, bondad y provisión.

Vivir con paz mental y con paz en el corazón

La paz que Dios promete es también una paz que protege y guarda. La Escritura nos asegura que la paz de Dios guardará nuestra mente. Como leemos en Filipenses 4:7, “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”. Una de las grandes promesas de la Escritura es que Dios es nuestro protector. Él es nuestro escudo, nuestro refugio y nuestra fortaleza. Y, como leemos aquí en Filipenses, nos promete una paz que guardará nuestro corazón y nuestra mente. En el mundo antiguo, se consideraba que el corazón era el centro del alma. Se creía que era la sede de la inteligencia y el órgano más importante del cuerpo. Por lo tanto, tener una paz que protege el corazón es tener una paz que protege la parte más sagrada y central de lo que somos. Pero esta paz también protegerá nuestra mente. Cuando estamos luchando con problemas de salud mental y nos enfrentamos a desafíos para nuestra mente, es alentador y reconfortante tener la seguridad de que Dios nos ha equipado a cada uno de nosotros para vivir con una paz mental verdadera y eterna. Podemos confiar en que la paz de Dios será siempre un escudo de protección que proteja nuestra mente. Esta promesa de paz que Dios ofrece puede ser tuya hoy. Tómate un tiempo hoy para descansar en las promesas de la Escritura acerca de la paz y simplemente recibe este regalo del Señor. Pídele esa paz que trasciende el entendimiento y, confiando en él, descansa en su milagroso regalo de paz verdadera y eterna. Para obtener más contenido útil, descargue la aplicación Glorify aquí Fotos por Onur Emre en Unsplash

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