Esa sensación de miedo que recorre tu cuerpo. El temor y la inquietud que persisten y no se van, los pensamientos acelerados y los peores escenarios. Probablement, la ansiedad se manifieste de forma tangible en tu cuerpo: presión en el pecho, palpitaciones, debilidad, mareos o temblor en las piernas.
Quizá estés familiarizado con la sensación; tal vez los ataques de pánico se hayan convertido, de alguna manera, en una parte habitual de tu vida. Puede que hayas pasado una o dos noches buscando en Google "¿qué dice la Biblia sobre los ataques de pánico?" o "versículos bíblicos para los ataques de pánico" o "¿cómo manejar la ansiedad bíblicamente?" en un intento de reconciliar tu fe con tu experiencia real de ansiedad.
La ansiedad afecta nuestro cuerpo, alma y espíritu.
A nivel neurobiológico y físico, la ansiedad y los ataques de pánico tienen un gran impacto. Puede ser cuestión de segundos para que nuestro torrente sanguíneo se inunde de adrenalina y cortisol cuando ciertas partes de nuestro cerebro se disparan y envían mensajes a través de nuestro sistema nervioso autónomo y nos encontramos en medio de un ataque de pánico.
La ansiedad es agotadora para nuestra alma, nos abruma y nos hace sentir a merced de nuestras emociones. Espiritualmente, la ansiedad y los ataques de pánico pueden hacer que nos sintamos desconectados y bastante solos en el universo. Puede que nos cueste mucho trabajo afianzarnos en la realidad de lo cotidiano, y en la realidad del deleite de Dios en nosotros y de su interminable amor.
¿Te has preguntado alguna vez dónde está Dios en todo esto? ¿Si él todavía tiene un plan y una provisión para ti incluso cuando estás experimentando ansiedad? ¿Te has preguntado qué dice la Biblia sobre los ataques de pánico? ¿Podemos tomar esa antigua verdad para aplicarla a nuestras vidas aquí y ahora?
¿Y si hay más? ¿Y si estamos hechos tan temerosa y maravillosamente que dentro de nosotros, entretejidos en nuestro cuerpo, alma y espíritu hay formas dadas por Dios para reducir la ansiedad, incluso para prevenir los ataques de pánico cambiando nuestra respuesta fisiológica a la ansiedad trayendo la paz “shalom” de Dios a nuestros cuerpos, nuestras almas y nuestros espíritus?
"Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser —espíritu, alma y cuerpo— irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo". 1 Tesalonicenses 5:23
Existe un poderoso cruce entre la teología y la terapia, la Escritura y la ciencia. Muchos de los recientes descubrimientos y tendencias en el mundo de la salud mental, la neurociencia y la neurobiología tienen en su raíz una base profundamente bíblica. Lejos de ser ideas nuevas o contemporáneas, en realidad forman parte del antiguo camino recorrido por muchas personas de fe y seguidores de Jesús durante muchos años.
Actividades como el mindfulness, la meditación, la gratitud, el cambio de perspectiva y la renovación de la mente pueden encontrarse en la palabra escrita de Dios: la Biblia. De esta manera podemos descubrir versículos de la Biblia para los ataques de pánico y para manejar la ansiedad.
Foto por Aral Tasher en Unsplash.
Dios no es ajeno a tratar con la oscuridad y el caos. Al principio, en Génesis 1, leemos que la tierra estaba vacía y oscura, era "una sopa de nada" (MSG - disponible en inglés). Había "caos y desperdicio" (TLV - disponible en inglés). Dios no evitó este caos ni le dio la espalda a las tinieblas, sino que decidió meterse de lleno en ellas. Eligió habitar en medio del desorden, caos y desperdicio, y con todo ello creó algo bueno, algo muy bueno.
Leemos en Génesis 1 que el Espíritu, en hebreo "Ruach", que se traduce como el aliento de Dios, se movía sobre este caos y esta oscuridad y creó un orden, y no sólo un orden, sino un hermoso orden.
"En el principio, Dios creó los cielos y la tierra. La tierra no tenía forma y estaba vacía, y la oscuridad cubría las aguas profundas; y el Espíritu de Dios se movía en el aire sobre la superficie de las aguas". Génesis 1:1-2 (NTV)
El aliento de Dios es poderoso.
Nuestro aliento es poderoso.
Hay algo muy poderoso en el aliento.
Vemos algo parecido en la vida de Jesús. Él no evitó humillarse para caminar entre nosotros en toda nuestra desordenada humanidad, nuestro caos y nuestra oscuridad. En cambio, eligió cambiar su manto de majestad por una piel humana que se agrietaba, sudaba y sangraba. Eligió nacer como un bebé, vulnerable y dependiente, para habitar entre nosotros.
En Juan 20, volvemos a vislumbrar el Ruach de Dios que encontramos por primera vez en Génesis. Jesús mismo utilizó su aliento para soplar vida y crear bondad y piedad para que nosotros experimentemos ese aliento que da vida y crea orden en nuestras propias vidas.
"Acto seguido, sopló sobre ellos y les dijo: —Reciban el Espíritu Santo." Juan 20:22
Tal vez tus sentimientos de ansiedad sean similares a este cuadro pintado al principio de la Escritura. Puedes identificarte con la imagen de la nada, la oscuridad o el caos, ya que tus pensamientos se agitan y tus emociones y respuestas pueden sentirse fuera de control. Mientras lees esto, te invitamos a recordar que Dios no crea el caos, pero tampoco lo evita. Él se hace presente en medio del caos y se adentra en él, caminando con nosotros y soplando su orden vivificante en el caos, luz en la oscuridad y algo hermoso en la nada. Nuestro Dios estaba allí al principio de la creación y sigue estando aquí ahora.
El aliento de Dios es poderoso.
Nuestro aliento es poderoso.
Hay algo muy poderoso en el aliento.
Como la ciencia no deja de ponerse al día con la Escritura, el mundo de la neurociencia reconoce el poder que tiene nuestra respiración en nuestro cuerpo y también en nuestra alma. Como humanos, nuestra respiración es un reflejo automático que utilizamos sin pensar en ello. Sin embargo, cuando tomamos conciencia de nuestra respiración, podemos interactuar con nuestro sistema nervioso parasimpático, que controla nuestra respuesta de descanso y relajación. Podemos trabajar con la respiración que nos ha dado Dios para aumentar el flujo de aire en nuestro cuerpo. A su vez, esto puede ayudar a calmar nuestros nervios, reduciendo el estrés y los sentimientos de ansiedad. La respiración enfocada intencionalmente envía un mensaje a nuestro cerebro para que se calme y se relaje, ayudándonos a manejar la ansiedad y previniendo un ataque de pánico o ayudando a concluir uno que ya ha comenzado.
El aliento de Dios es poderoso.
Nuestro aliento es poderoso.
Hay algo muy poderoso en el aliento.
Usando la App de Glorify puedes conectarte con más ejercicios de respiración basados en la Biblia, así como con una gran cantidad de contenido útil en torno a la salud mental. Este contenido proporciona un kit de herramientas para aquellos de nosotros que seguimos a Jesús y también experimentamos ansiedad y ataques de pánico. La Escritura es, por supuesto, otra herramienta poderosa para manejar la ansiedad. Aunque no hay pasajes específicos sobre los ataques de pánico, hay muchos versículos bíblicos que nos pueden dar fundamentos, calmar y recordar antiguas verdades inspiradas por Dios y el poder de la respiración.
"El Espíritu de Dios me ha creado; me infunde vida el hálito del Todopoderoso". Job 33:4
"Dios, haz un nuevo comienzo en mí, crea una semana de Génesis del caos de mi vida. No me eches con la basura, ni dejes de infundirme santidad. Tráeme de vuelta del exilio gris, pon un viento fresco en mis velas." Salmo 51:10-17 (MSG - disponible en inglés)
"Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios". Romanos 8:38 (NTV)
"El Señor oye a los suyos cuando claman a él por ayuda; los rescata de todas sus dificultades". Salmo 34:17
"Entrégale tus cargas al Señor, y él cuidará de ti; no permitirá que los justos tropiecen y caigan". Salmo 55:22
También nos encantaría equiparte con algunas oraciones de respiración que te fundamentarán en la Escritura. Te recordarán que la respiración es importante. Confía en que Dios puede hacer en tu vida lo mismo que hizo en el principio. Él puede respirar su aliento y traer orden, vida y belleza.
Cierra los ojos y concéntrate en la respiración, siente que la mandíbula, la manos y los hombros empiezan a relajarse. Intenta concentrar tu mente y despejarla de tareas, listas de cosas por hacer y pensamientos intrusivos. Si surgen pensamientos no deseados, simplemente obsérvalos y déjalos ir. Pide al Espíritu Santo que te reciba y que esté contigo en este momento presente.
INHALA-Dios tú estás siempre presente
EXHALA-En mis momentos de necesidad
INHALA-Dios tú creas orden y belleza
EXHALA-Aún cuando siento caos y oscuridad
INHALA-Tu aliento da vida
EXHALA-Tu aliento da esperanza
INHALA-Crea una semana de génesis
EXHALA-Del caos de mi vida
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