La maternidad es una intensa tarea, esperamos animarte con estos versículos para mamás, en tu trabajo como madre. Tanto si buscas sabiduría o ánimo para ti misma como para una amiga, no hay mejor lugar que las Escrituras. Lo increíble de la Biblia es que no es sólo un texto antiguo e histórico escrito hace miles de años. Es la palabra inspirada de Dios, y cada vez que la leemos encontramos nuevos tesoros.
El Espíritu Santo en nosotros da vida a las palabras de la Biblia de un millón de maneras diferentes. La maternidad conlleva una serie de retos específicos. Ser mamá es una bendición increíble, pero también puede ser lo más difícil del mundo. Estos versículos para mamás te ayudarán a guiar tu crianza, te darán fuerzas en los días difíciles y te conectarán de nuevo con Dios. Mientras los lees, pide al Espíritu Santo que subraye los que son especialmente para ti en este momento.
"Sus hijos se levantan y la felicitan; también su esposo la alaba" Proverbios 31:28 Este versículo pinta un hermoso cuadro de la vida familiar tal como Dios la concibió. Cada uno tiene su papel en la familia de Dios. Cuando cuidamos, alimentamos e invertimos en nuestros hijos y maridos, estamos entrando en una asociación cohesiva y complementaria. La familia también está hecha para cuidar a las mamás. "Los hijos son una herencia del Señor, el fruto del vientre es una recompensa." Salmo 127:3 En los días difíciles, este breve versículo es un gran recordatorio de la bendición que es tener hijos. Los hijos nos dan la increíble oportunidad de seguir construyendo la familia de Dios aquí en la tierra. ¡Qué privilegio! "Instruye al niño en el camino correcto y aun en su vejez no lo abandonará." Proverbios 22:6 "Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes." Deuteronomio 6:4-8 Los primeros años de la maternidad pueden parecer un torbellino. Estos dos versículos hacen hincapié en nuestra responsabilidad de educar a nuestros hijos pensando en su futuro eterno. Estamos llamados a educar y discipular a nuestros hijos, no a delegar esa responsabilidad. Esto puede parecer una tarea enorme e imposible, pero afortunadamente versículos bíblicos como este nos recuerdan que Dios está con nosotros y nos dará todo lo que necesitamos para criar bien a nuestros hijos.
La Biblia está llena de historias de mujeres increíbles e inspiradoras. No sólo hay modelos asombrosos de maternidad, sino también ejemplos conmovedores de mujeres que soportaron dificultades y angustias.
No sabemos mucho de la madre de Moisés, Jocabed. Pero lo que sabemos es asombroso. Dio a luz a Moisés mientras su pueblo sufría bajo un régimen opresivo y peligroso. Para asegurar la supervivencia de su hijo, lo escondió valientemente durante tres meses (qué habilidad debió de tener para esconder a un bebé recién nacido y ruidoso). Cuando ya no pudo ocultarlo más, puso toda su confianza en Dios, metió a su precioso hijo en una cesta y lo envió flotando por el río Nilo. Todos sabemos cómo continúa la historia: ese precioso bebé creció y liberó a una nación entera. Es increíble que la valentía de una madre y su impresionante confianza en Dios significaran la supervivencia del pueblo de Dios.
Un versículo de Timoteo se refiere a estas dos mujeres y nos muestra lo asombrosas que debieron ser. Pablo escribe en 2 Timoteo 1: 3-5 "Traigo a la memoria tu fe sincera, la cual animó primero a tu abuela Loida, a tu madre Eunice y ahora te anima a ti. De eso estoy convencido." Timoteo creció hasta convertirse en una parte fundamental de la Iglesia primitiva y de la difusión de la buena nueva por todo el mundo. Aquí nos enteramos de que Pablo atribuye la asombrosa fe de Timoteo a su educación, en concreto, a su madre y a su abuela. Cuántas madres necesitan este oportuno recordatorio de que todo lo que hacen tiene un impacto duradero. Cada vez que una madre se anima a orar con su hijo, o se esfuerza por enseñarle quién es Jesús, está desempeñando un papel increíble en el más asombroso de los legados.
La maternidad puede ser increíblemente difícil. Desde el sueño interrumpido y la abrumadora tarea de cuidar a un bebé, hasta la tensión de la carga mental y la enorme crisis de identidad que puede desencadenar. Las madres tienen mucho que hacer. Mantenerte conectada con Dios incluso en los días más difíciles como madre puede proporcionarte fuerza, consuelo y sabiduría cuando más los necesites. Salmo 46: 1-3 "Dios es nuestro refugio y nuestra fortaleza, nuestra segura ayuda en momentos de angustia. Por eso, no temeremos aunque se desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes." Salmo 37: 3-4 "Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. Deléitate en el Señor y él te concederá los deseos de tu corazón." Filipenses 4: 6-7 " No se preocupen por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús." Lo importante es recordar que no fuimos creados para ser padres sin Dios. Dios ama la familia, Él la creó, y Él realiza Su propósito a través de la familia una y otra vez. Y la tuya no es diferente. Así que, cuando sientas que no puedes hacerlo sola o que se te ha acabado la paciencia, recuerda que Dios tiene todo lo que necesitas para ser la madre más amable y compasiva posible. Solo lo necesitas a Él.
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