En este blog, vamos a explorar la práctica de la respiración consciente. ¿Qué es exactamente la respiración consciente y cómo nos beneficia? También vamos a ver versículos sobre la respiración en la Biblia y descubrir lo que la Biblia dice sobre el aliento de Dios.
Como cristianos del siglo XXI, a veces puede parecer que no tenemos más remedio que ir a una velocidad vertiginosa, intentando ponernos al día con todo y con todos los que nos rodean. Pero esto no es cierto. Recordemos lo que dijo Pablo sobre la forma en que debemos vivir nuestras vidas: "Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu". Gálatas 5:25 Seguir el ritmo del Espíritu significa entender el ritmo de Dios. Significa encontrar el ritmo adecuado, ni demasiado rápido ni demasiado lento. No correr ni perder el tiempo, sino escuchar, intuir y sentir el modo en que él quiere que vivamos. He practicado la respiración consciente muchas veces en mi vida, y gran parte de esa práctica es innata. Si nos sentimos estresados por una determinada situación y nos preguntamos qué hacer, inhalamos y exhalamos profundamente. Es parte de nuestra naturaleza, pero si profundizamos un poco más en algunas prácticas de respiración, descubriremos que tienen beneficios fisiológicos y emocionales. Desde que descubrí el método de respiración 478, he empezado a utilizarlo cuando me siento abrumada y necesito una explosión de energía. Puedes leer más sobre este método aquí.
Healthline.com define la respiración consciente como "diferentes técnicas, programas y ejercicios de respiración. Todos estos ejercicios se enfocan en ser conscientes de las inhalaciones y exhalaciones. Estos ejercicios utilizan una respiración profunda y concentrada que dura un tiempo determinado". Hay varios tipos, entre ellos respiración de caja, respiración diafragmática, respiración con los labios fruncidos y respiración alternando orificios nasales (artículos disponibles en inglés). En todos estos métodos se hace hincapié en el control de la respiración y en la atención que se presta al cuerpo cuando responde a los distintos tipos de respiración. Tu cuerpo cosechará las recompensas al verse inundado de oxígeno. La respiración te ayudará a relajarte, a reducir el ritmo cardíaco, a disminuir la presión arterial y a mejorar la estabilidad de tus músculos centrales.
El profundo significado del aliento resuena a lo largo de toda la Biblia. Al principio, cuando Dios creó el mundo, dio vida a las cosas. Cuando Dios creó a Adán y Eva, puso en ellos el aliento de vida: "Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente". Génesis 2:7 Dios sopló vida en Adán porque él es el dador de vida. Todo comienza con él. Cuando practicamos la respiración consciente, nos conectamos de nuevo con él, el que vino antes de todas las cosas. 2 Timoteo 3:16 nos dice que: "Toda la Escritura es inspirada por Dios", Así que no solo sopló vida en los primeros seres humanos que caminaron por el planeta, sino que también sopló las escrituras, las palabras que han inspirado a incontables millones de creyentes a lo largo de los años. Cuando Jesús caminó por la tierra, él sopló sobre los discípulos como una forma de ungirlos con el Espíritu Santo; entonces, podemos ver que la respiración puede ser una forma de otorgar un don. "—¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes. Acto seguido, sopló sobre ellos y les dijo: —Reciban el Espíritu Santo". Juan 20:21-22 El aliento también se utiliza en la Biblia para significar cambio y poder. "Desde el occidente temerán el nombre del Señor, y desde el oriente respetarán su gloria. Porque vendrá como un torrente caudaloso, impulsado por el soplo del Señor". Isaías 59:19
Hay algo primordial en la respiración. Es lo primero que hacemos al nacer. Es la acción más importante, que repetimos una y otra vez durante toda nuestra vida. También es un reflejo automático que nos mantiene vivos. Nos dormimos pero seguimos respirando. El acto de respirar nos mantiene desde el día en que nacemos hasta el día en que morimos. La respiración nos habla de nacimiento porque es donde las cosas comienzan. Cuando Dios habla, crea. "Que se haga la luz", dijo, y se hizo la luz. Cuando se trata de sanar, restablecer y devolver la vida, Jesús habló. Sopló palabras de vida y cambió el mundo para siempre.
El increíble pasaje de Ezequiel 37 muestra cómo las palabras dan vida. Tómate un momento para leerlo ahora si puedes. En esta visión, el profeta ve más allá de la realidad desesperada de la situación. Las palabras revisten literalmente los huesos de carne y ponen aliento en sus pulmones: "Yo les daré aliento de vida, y ustedes volverán a vivir".
El mismo acto de respirar es un signo de vida. Y puesto que somos cocreadores con Dios, ¿no significa también que podemos crear junto con Dios? ¿También podemos crear cosas con nuestras palabras? (Rom. 4:17) Con nuestra respiración, podemos dar gloria a Dios, liberar todo nuestro estrés acumulado, ser conscientes y estar agradecidos por cada día que vivimos en este planeta. Podemos traer esperanza a las situaciones, dar vida a nuestros amigos y familiares. Podemos llamar a las cosas a la existencia como lo hace Dios, y hablar palabras creativas de vida sobre los trabajos, las situaciones, la enfermedad y la desesperación. Recordamos que todo vuelve a él, el que nos dio la vida al principio, y que cada día nuestro aliento es el suyo, para hablar de esperanza en un mundo caído. Consideramos nuestra respiración porque somos hijos e hijas del Dios Altísimo y no está en nuestro ADN estar agobiados, estresados o apurados. Le damos nuestro aliento y junto con él, todas las palabras que pronunciaremos en nuestra vida. "El Espíritu de Dios me ha creado; me infunde vida el hálito del Todopoderoso". Job 33:4 Esperamos que este blog te haya animado a pensar en los versículos bíblicos sobre la respiración y en cómo pueden ayudarnos en nuestro caminar hoy. Esperamos que también te dé un motivo para tomarte un momento para apreciar el aliento de Dios en tus pulmones. Fotos por Wolfgang Hasselmann en Unsplash
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