Encontrar la oración por sanidad correcta puede hacer una gran diferencia cuando estás experimentando dolor o transitando el duelo. Una de las verdades más increíbles de ser creyente es que, independientemente de lo que afrontemos, no lo hacemos solos. Las oraciones por sanidad nos recuerdan esto y nos ayudan a enfocarnos en la cercanía de Dios en nuestras horas más oscuras. Aquí encontrarás una recopilación de oraciones por sanidad. Desde la oración correcta por sanidad para un amigo hasta oraciones de sanidad para un ser querido. Sigue leyendo para encontrar la oración por sanidad con la que más te identifiques y recuerda, no importa lo que estés enfrentando, el Dios que te ama está contigo. Además de hacer estas oraciones por tu cuenta, puedes invitar a tus amigos y familiares a orar contigo. Pedir una oración por sanidad puede ser intimidante, pero ser abierto y vulnerable en nuestro dolor es una forma poderosa de invitar a Dios a entrar. Recuerda que puedes encontrar más oraciones por sanidad, así como meditaciones bíblicas en Glorify App.
"Padre Celestial, te doy gracias por amarme. Te doy gracias por enviar a tu hijo, nuestro Señor Jesucristo, al mundo para salvarme y liberarme. Confío en tu poder y gracia que me sostienen y restauran.Padre amoroso, tócame ahora con tus manos sanadoras, porque creo que tu voluntad es que esté bien de mente, cuerpo, alma y espíritu. Cúbreme con la preciosísima sangre de tu hijo, nuestro Señor Jesucristo, desde la punta de mi cabeza hasta la planta de mis pies.Echa fuera todo lo que no debería estar en mí. Saca de raíz cualquier célula malsana y anormal. Abre cualquier arteria o vena bloqueada y reconstruye y repone cualquier área dañada. Elimina toda inflamación y limpia cualquier infección por el poder de la preciosa sangre de Jesús.Deja que el fuego de tu amor sanador pase a través de todo mi cuerpo para sanar y hacer nueva cualquier área enferma para que mi cuerpo funcione de la manera en que tú lo creaste. Toca también mi mente y mis emociones, incluso en lo más profundo de mi corazón. Satura todo mi ser con tu presencia, amor, alegría y paz y acércame cada vez más a ti, en cada momento de mi vida.Y Padre, lléname con tu Espíritu Santo y dame poder para hacer tus obras para que mi vida traiga gloria y honor a tu santo nombre. Te lo pido en el nombre del Señor Jesucristo. Amén". Santo Padre Pio
Incluir las Escrituras en la vida de oración es una forma brillante de alinear tu corazón con el de Dios. Aquí hay tres extractos de la Palabra que pueden traer consuelo y sabiduría durante los momentos de dolor emocional. “Ustedes quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes”. Éxodo 14:14 “No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse será refutada. Esta es la herencia de los siervos del Señor, la justicia que de mí procede —afirma el Señor—”. Isaías 54:17 “¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado? El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable. Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil. Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán”. Isaías 40:28-31 Jesús, me tomo un momento para estar quieto ante ti. Calmo mis pensamientos frenéticos y acallo mis emociones y vuelvo mi corazón para encontrarme contigo. A pesar de todo lo que afronto en este momento, me presento ante ti con gratitud; gracias porque luchas por mí. Gracias porque nunca te das por vencido y nunca me abandonas. Te pido ahora que renueves mis fuerzas y traigas tu consuelo y paz a mi alma.
Es fácil sentirse impotente cuando un ser querido está enfermo. Un diagnóstico de cáncer, una enfermedad repentina o un accidente puede ser algo abrumador de afrontar incluso como amigo o familiar. Tener unas cuantas oraciones de sanidad a las cuales dirigirse puede hacer que sea mucho más fácil proporcionar apoyo y consuelo a tu ser querido. Para tu amigo o familiar que necesita sanidad puede ser increíblemente poderoso saber que tiene una comunidad que ora por él o ella también.
Dios todopoderoso, tú eres la única fuente de salud y sanidad. En ti está la calma, y la única paz verdadera en el universo. Concede a cada uno de nosotros, tus hijos, la conciencia de tu presencia, y danos una perfecta confianza en ti. En medio de todo el dolor, el cansancio y la ansiedad, enséñanos a entregarnos a tu cuidado inagotable, sabiendo que tu amor y tu poder nos rodean, confiando en tu sabiduría y en tu providencia para darnos salud, fuerza y paz cuando sea el mejor momento; en el nombre de Jesucristo nuestro Señor. Amén. El Nazareno, Vols. 7-9, 1922 "Que tengas descanso y paz en tu corazón. Que los ángeles rodeen tu cama durante la noche. Que cada día traiga sanidad con el amanecer, restaure tu energía y sane tus heridas. Que la esperanza permanezca en tu corazón. Que encuentres nuevas fuerzas y empieces de nuevo. Oro para que pronto estés bien, para amar, vivir y disfrutar de la vida de nuevo. Amén". Living Prayers (Oraciones Vivas) "Mi corazón contiene una oración que te lleva, amigo, tan cerca del corazón amoroso de Dios. Expongo mi esperanza de que conozcas su toque, y seas sanado por el Señor de lo alto. Así que confío en nuestro Abba Padre para que te consuele cuando llores, y bendiga las manos de los equipos médicos que te cuidan cada día y cada noche. Me gustaría poder estar siempre a tu lado, para sostener tu mano y orar. Así que te envío mi amor, mis pensamientos y mi fe, para estar contigo, mi maravilloso amigo". Lord’s Prayer Word (La palabra del Padre Nuestro)
Cuando nuestros seres queridos no tienen la energía o la fe por sí mismos, podemos declarar la sanidad en su nombre. Utiliza una oración como la siguiente y usa el nombre de tu amigo mientras oras. "Señor, tu Palabra habla de promesas de sanidad y restauración y te doy gracias por los milagros que aún hoy realizas. Hoy reclamo esas promesas sobre mi amigo. Creo en el poder sanador de la fe y la oración y te pido que comiences tu poderosa obra en la vida de mi amigo. Por favor, rodea a mi amigo con paz y fuerza sobrenaturales y dale la fe para creer que todo es posible para ti. Protégelo/a de las mentiras de Satanás y del desánimo y permite que su sanidad milagrosa comience. Amén". Christianity.com (disponible en inglés)
No podemos negar lo difícil que es enfocarse en la bondad de Dios cuando se está luchando por la salud propia o la de un ser querido. Las Escrituras están llenas de promesas de la protección de Dios, de su bondad y de su amor, y puede ser difícil aferrarse a ellas cuando se sufre un dolor físico o emocional. Es en estos momentos cuando desarrollar tu fe puede ser un salvavidas. La lectura de testimonios del poder sanador de Dios, y de su bondad, nos ayuda a desviar nuestra atención del problema que tenemos delante, hacia nuestro gran proveedor: Jesús. Elevar tu fe leyendo testimonios de sanidad, antes de orar por la sanidad, es una brillante disciplina a introducir. Mateo 9:18-26 contiene el increíble relato de Jesús sanando a una mujer con un trastorno sanguíneo y resucitando a la hija de un líder de la sinagoga. Mientras él les decía esto, un dirigente judío llegó, se arrodilló delante de él y le dijo: —Mi hija acaba de morir. Pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. Jesús se levantó y fue con él, acompañado de sus discípulos. En esto, una mujer que hacía doce años que padecía de hemorragias se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto. Pensaba: «Si al menos logro tocar su manto, quedaré sana». Jesús se dio vuelta, la vio y le dijo: —¡Ánimo, hija! Tu fe te ha sanado. Y la mujer quedó sana en aquel momento. Cuando Jesús entró en la casa del dirigente y vio a los flautistas y el alboroto de la gente, les dijo: —Váyanse. La niña no está muerta, sino dormida. Entonces empezaron a burlarse de él. Pero cuando se les hizo salir, entró él, tomó de la mano a la niña, y esta se levantó. La noticia se divulgó por toda aquella región.
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