En este blog vamos a analizar los beneficios de la respiración profunda, que a menudo se pasan por alto o se subestiman. Esto es comprensible, ya que llevamos toda la vida respirando y no pensamos mucho en ello. Inhalar. Exhalar. Lo hacemos todo el día, todos los días, sin un esfuerzo consciente. Sin embargo, la respiración y el aliento tienen profundas raíces en la historia cristiana. El relato de la creación en Génesis muestra una hermosa intimidad entre Dios y la humanidad. Al ser formados del polvo por las manos del Creador, él se inclina y respira profundamente en nosotros. El primer aliento que tomó Adán salió directamente de la boca de Dios.
Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente. Génesis 2:7
¿Cuándo fue la última vez que respiraste profundamente? ¿Sabías que la respiración profunda es una de nuestras herramientas más sencillas, cómodas y naturales? Puede ayudarnos a lidiar con el estrés y la ansiedad, reducir el dolor y la presión arterial, e incluso ayudar a la digestión. En pocas palabras, más oxígeno es beneficioso tanto para el cuerpo como para la mente. Limpia, abre y calma varias partes de nuestro ser. Veamos con más detalle las ventajas de la respiración profunda.
Cuando estás estresado o ansioso, tu cerebro produce cortisol, también conocido como la "hormona del estrés". La respiración profunda hace que el ritmo cardíaco disminuya, que entre más oxígeno en el torrente sanguíneo y que, en última instancia, le comunica al cerebro que se relaje. También aumenta las endorfinas, la hormona del bienestar.
Como mencionamos anteriormente, la respiración profunda provoca la liberación de endorfinas, que no solo ayudan a crear una sensación de bienestar, sino que también combaten el dolor.
La respiración es responsable del 70% de la eliminación de toxinas en el cuerpo (el otro 30% lo gestionan la vejiga y los intestinos). Si no se respira de manera profunda, el cuerpo tiene que trabajar más para expulsar estas toxinas.
Cuando la sangre está totalmente oxigenada, transporta y absorbe con mayor eficacia los nutrientes y las vitaminas. Esencialmente, cuanto más limpia esté tu sangre, más difícil será que las enfermedades permanezcan en tu sistema.
Cuanto más oxígeno haya en la sangre, mejor funcionará nuestro organismo. También mejora nuestra resistencia.
A medida que los músculos se relajan, los vasos sanguíneos se dilatan, mejorando la circulación y reduciendo la presión arterial. La respiración profunda también ralentiza y regula el ritmo cardíaco, lo que ayuda a reducir la presión arterial.
Cuanto más profunda sea tu respiración, más saludable será tu flujo sanguíneo. Esto ayuda a que tus órganos, incluidos los intestinos, funcionen más eficazmente.
Al inspirar, observa cómo la columna vertebral se alarga y se endereza simultáneamente. Esto se debe a que, para respirar profundamente, los pulmones ocupan todo el espacio posible, el diafragma tira hacia abajo y el torso se endereza.
Existen numerosos métodos o ejercicios, pero a continuación te presentamos algunos ejemplos. Otra ventaja de estas técnicas es que todas son de carácter repetitivo, lo que te ayudará a alcanzar un estado de meditación. (Si tienes asma u otros problemas respiratorios, consulta a tu médico antes de empezar cualquier ejercicio de respiración profunda).
Si no conoces el diafragma, es un pequeño músculo situado justo debajo de los pulmones. Cuando respiras profundamente, se contrae y se desplaza hacia abajo, permitiendo que los pulmones se expandan y respiren aire fresco. Para practicar la respiración diafragmática, haz lo siguiente - Comienza colocando una mano sobre el corazón y la otra sobre el vientre. - Inhala por la nariz y deja que el aire llene tu vientre. Mantén las manos sobre el corazón y el vientre y observa cómo se mueve la del vientre mientras que la del corazón debe permanecer inmóvil. - Al exhalar, lleva el ombligo hacia la columna vertebral, como si soplaras las velas de cumpleaños. - Siente cómo la mano sobre el vientre vuelve a su posición original. Repite de tres a cinco veces, observando cómo te sientes después de cada vez.
Inspira durante cuatro segundos, mantén la respiración durante siete segundos y exhala durante ocho segundos con esta técnica: - Comienza colocando una mano en el corazón y la otra en el vientre, como en el ejercicio de respiración diafragmática. - Cuando sientas que el diafragma se desliza hacia abajo, respira profunda y lentamente desde el vientre. - Al inspirar, cuenta hasta cuatro. - Contén la respiración y cuenta hasta siete. - Exhala por la boca contando hasta ocho, vaciando completamente los pulmones. Repite el ejercicio de tres a cinco veces más o hasta que te sienta a gusto.
A continuación, te ofrecemos algunos consejos que debes tener en cuenta al practicar las técnicas de respiración profunda.
Poner una alarma o un temporizador para respirar puede parecerte una tontería, pero puede ayudarte a asegurarte de que obtienes estos grandes beneficios de la respiración profunda de forma regular. Cuando suene la alarma, en lugar de abrir el teléfono, prueba hacer algunas rondas de estos ejercicios de respiración.
Lo mejor de la respiración para la relajación es que nadie tiene que saber que lo estás haciendo, así que puedes hacerlo cuando y donde quieras. Probablemente hay lugares o situaciones que sabes que te estresan; puede ser algo tan sencillo como hacer cola en el supermercado o estar atrapado en el tráfico. Tómate un momento para darle a tu cerebro un poco de oxígeno antes de que la situación empeore.
Considera tu trabajo de respiración como una oportunidad para meditar en la Palabra de Dios. En primer lugar, elige un versículo que te gustaría entender mejor. Luego, mientras respiras, deja que las palabras fluyan y piensa en ellas. Esta práctica de meditar en la Biblia puede ayudarnos a comprender algunas hermosas verdades sobre nuestro Dios.
Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. Josué 1:8
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