El concepto de bienestar en el trabajo puede sentirse como un unicornio: bonito de imaginar, pero una fantasía en la realidad. Bienestar y trabajo no son exactamente dos cosas que hayan estado asociadas tradicionalmente. El bienestar suele verse como algo que se persigue fuera del trabajo para darnos la fuerza necesaria para sobrevivir en él. Sin embargo, yo creo que se puede lograr lo imposible, especialmente como creyentes. El bienestar en el trabajo puede ser algo posible. Podemos aprender, a través de Cristo y su palabra, a ser ganadores debienestar en el trabajo. ¿Quieres saber cómo? Sigue leyendo. Hay muchos contenidos de expertos que ofrecen consejos prácticos de autoayuda para prosperar en el trabajo - incluyendo algunos en nuestro blog de Glorify. Puedes encontrar consejos sobre todo tipo de temas, desde establecer límites saludables y ser asertivo con tus compañeros de trabajo hasta ejercicios saludables que puedes hacer en tu escritorio. Todas estas cosas son valiosas, pero ese no es el ángulo que estamos analizando aquí.
Me interesa saber cómo nuestra fe puede ayudarnos específicamente a experimentar bienestar en el trabajo. En medio de lugares de trabajo complejos, ajetreados y a menudo estresantes, ¿cómo el hecho de ser seguidores de Jesús nos posiciona mejor para encontrar una perspectiva eterna y fructífera en lo que hacemos? Se trata de una búsqueda espiritual para comprender lo que experimentó el apóstol Pablo al proclamar: “Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias… Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Filipenses 4:11-13 La pregunta, entonces, es: ¿cómo podemos existir de manera práctica con ese nivel de estabilidad y satisfacción en el trabajo?
Foto por Samantha Gades en Unsplash
Consideremos este texto clave de la carta de Pablo a los Colosenses: "Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en él, arraigados y edificados en él, confirmados en la fe, como se les enseñó, y llenos de gratitud. Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que está de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo”. Colosenses 2:6-8 Tal vez debas leerlo una vez más para asimilarlo. Especialmente si lo leíste rápido la primera vez. Hay muchas cosas en este breve pasaje que pueden ayudarnos a mantener los pies en la tierra, la perspectiva correcta y el bienestar en el trabajo. Aquí hay tres claves para empezar:
Mi formación es como abogado de bienes raíces comerciales. Los edificios me fascinan. Me encantan las ciudades con espectaculares hitos arquitectónicos: la Ópera de Sidney, el Taj Mahal, el London Eye, el Burj Khalifa, son edificios impresionantes vistos desde afuera. Sin embargo, hay un detalle importante. Ninguno de estos edificios sería viable o sostenible sin los profundos e invisibles cimientos que los mantienen en pie en las buenas y en las malas. Un edificio elegante, sin cimientos, se derrumba rápidamente. El Shard de Londres tiene pilotes de 53 metros de profundidad para sostener el edificio. El edificio está diseñado en torno a un sólido núcleo de hormigón que soporta la estructura externa de acero y vidrio. Los cimientos que no se ven y el "aburrido" núcleo de hormigón son, de hecho, las partes más importantes de este edificio de aspecto glamuroso. Lo mismo ocurre con nosotros. Esta es la analogía que Pablo utiliza para animar a la iglesia de Colosas. La fuerza de un edificio reside en lo que no se ve, en sus cimientos y en su núcleo interno. Por consiguiente, hay que trabajar mucho en las partes aparentemente aburridas de la estructura para que todo lo demás pueda prosperar.
Como resultado de esto, la realidad es simple. Si vamos a sobrevivir y prosperar y lograr bienestar en el trabajo, necesitamos tener fundamentos fuertes en nuestra relación con Jesús. Él es la fuente de nuestra fuerza y alegría. A veces, eso requiere un poco de valor, compromiso y disciplina. Significa comprometerse con el trabajo "invisible" de la fe: dar prioridad a la construcción de amistades profundas y que nos enfoquen en Dios, invertir en la comunidad, estudiar la Escritura con regularidad y orar con constancia. Estos son los hábitos de vida que pueden darnos dividendos, sosteniéndonos en el trabajo incluso cuando el entorno es difícil. Para lograr el bienestar en el trabajo, necesitamos encontrar nuestro alimento y nuestros fundamentos en Cristo. Él tiene todo lo que necesitamos. Debemos obtener nuestra fuerza de él. No podemos sobrevivir por nosotros mismos. Decide echar raíces en Jesús hoy. Deja que él fortalezca y estabilice tu núcleo. Apóyate en él mientras vas al trabajo.
Después de animarnos a construir cimientos sólidos, Pablo continúa con una advertencia: no dejen que nadie los cautive con ideas y filosofías que no dependen de Cristo. Se trata de una afirmación profunda sobre la que es bueno reflexionar. Vivimos en ciudades y países donde las culturas que nos rodean (en general) no están motivadas por principios cristianos. En cambio, estamos rodeados por el "espíritu de la época" secular: sociedades que valoran el dinero, la fama, la popularidad, el sexo y el materialismo por encima de casi todo. Estas filosofías y deseos sin Cristo son destructivos para nosotros como creyentes y tienen el potencial de atraparnos en la rueda insatisfactoria e insalubre de una vida mundana. No es que el dinero, la popularidad o las cosas materiales sean necesariamente malas en sí mismas. Mas bien, es el posicionamiento de esas cosas por encima de Dios lo que las hace peligrosas. Cuando nos alejamos del camino y las prioridades de la vida que nuestro Creador diseñó para nosotros y nos conformamos con las pasiones del mundo que nos rodea, esto compromete nuestro bienestar en todos los niveles.
En consecuencia, si queremos experimentar el bienestar en el trabajo, no podemos permitirnos ser cautivos de la cultura y las filosofías de nuestros entornos seculares. Cristo vino a liberarnos. En consecuencia, debemos aprender a vivir con su perspectiva. Eso significa resistirse a ser esclavos de la cultura de nuestro lugar de trabajo. No podemos permitirnos quedar atrapados por la política de la oficina o el deseo de éxito mundano. El dinero o el próximo ascenso no pueden convertirse en un ídolo para nosotros. Tenemos que sacar nuestra fuerza de otra parte. En pocas palabras, nuestra visión del mundo y nuestra filosofía deben depender de Cristo si queremos vivir la vida libre y abundante que él nos promete. Con él, el yugo es ligero. En Cristo, hay descanso, refrigerio y renovación. Estos son los pilares en los que debemos apoyarnos para prosperar.
Puede ser difícil ser agradecido en un ambiente de trabajo desafiante, pero créeme, vale la pena. Pablo nos anima a desbordar de agradecimiento. Eso significa buscarlo intencionalmente en cada rincón de nuestra vida laboral. Incluso cuando parece difícil de encontrar. La gratitud es un arma poderosa. Nos ayuda a cambiar nuestra perspectiva y nos mantiene anclados en lo que tenemos y no en lo que no tenemos. Por lo tanto, si estás pasando por un momento estresante en el trabajo, ¿por qué no pruebas empezar un "diario de gratitud"? Al final de cada día, piensa en una o dos cosas por las que puedas estar agradecido. Puede ser cualquier cosa, grande o pequeña. Tal vez hayas desayunado bien. Tal vez un compañero de trabajo te haya felicitado por algo que hiciste. Quizás simplemente estés agradecido por tener un trabajo en estos tiempos difíciles. Un poco de gratitud puede ayudar mucho a recalibrar tu perspectiva y descubrir el bienestar en el trabajo.
Permíteme terminar animándote con las propias palabras de aliento de Pablo, más adelante en la misma carta: "Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor". Colosenses 3:23-24 Así que trabaja duro, pero para el Señor. Echa raíces en él. Busca ser agradecido. Entonces, a través del poder de su espíritu, puedes descubrir el bienestar duradero en el trabajo.
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