Todos tenemos ideas y percepciones de lo que es una persona espiritual. Puede que inmediatamente pienses en alguien cuyo trabajo está relacionado con su fe, como el líder de tu iglesia. O quizá, pienses en un monje budista en medio de una montaña. Lo cierto es, que la respuesta, la encontramos en la Palabra de Dios. Si una de las razones por las que abriste este blog, es porque te gustaría ser una persona espiritual. Descarga Glorify y comienza a fortalecer tu espíritu en el Señor.
Las Escrituras dejan claro que estamos formados por cuerpo, alma y espíritu. "Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser —espíritu, alma y cuerpo—, irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo." 1 Tesalonicenses 5:23 Este tema se repite a lo largo de la Escritura y, cuanto más lo estudias, más notas la diferencia entre los tres y empiezas a comprender el papel único que desempeña cada parte de nosotros.
Éste es un tema que se vuelve más interesante cuanto más lees sobre él. Para empezar, piensa en ello así: Tu cuerpo es tu carne, tu piel y tus huesos. Sabemos que estos cuerpos están hechos para este mundo y que serán rehechos cuando el Reino de los Cielos llegue en su plenitud. Tu espíritu es, principalmente, lo que te conecta con Dios. Es una parte profunda de nosotros. Tu alma alberga tus pensamientos, sentimientos y emociones. Ni el cuerpo, ni el espíritu, ni el alma deben ser ignorados, y los tres desempeñan un papel importante en la expresión de nuestro amor a Dios.
Nuestros cuerpos son bastante difíciles de ignorar; imagínate intentar pasar el día sin darte cuenta de que tienes una pierna rota. Nuestras almas también se manifiestan con emociones que afectan cómo nos sentimos físicamente y cómo pensamos. Al igual que una pierna rota, un sentimiento de ira o alegría es difícil de ignorar. Sin embargo, nuestros espíritus son un poco más sutiles y difíciles de localizar. Como resultado, es fácil ir por la vida con un espíritu desnutrido cuando, en realidad, es nuestro espíritu lo que necesitamos alimentar y fortalecer. Necesitamos cultivar un estilo de vida que nos haga conscientes de nuestro bienestar espiritual y capaces de discernir la diferencia entre nuestras almas y nuestros espíritus. Pero recuerda que no se trata de que una triunfe sobre la otra. Debemos hacer que las tres partes de nosotros mismos, espíritu, alma y cuerpo, se alineen con Dios y con Su plan para nuestra vida.
¿Cuándo fue la última vez que comprobaste tu bienestar espiritual? Aquí tienes tres formas sencillas de empezar:
¿Hasta qué punto es pacífica tu vida mental? ¿La voz del miedo y la preocupación grita más fuerte que la de la fe y la confianza en ti? A Jesús se le llama Príncipe de la Paz. Uno de los resultados de vivir en conexión permanente con Él, es que tu espíritu está conectado con el Suyo, lo que conduce a un sentimiento tangible de paz. Si tu vida interior está agitada, eso es una pista sobre tu estado espiritual.
Nuestros días pueden ser tan ajetreados que a menudo sólo nos damos cuenta de cómo estamos cuando nos disponemos a dormir. ¿Te cuesta dormirte más de lo habitual? ¿Te sientes abrumado y agotado cuando deberías estar durmiendo? Los días estresantes son inevitables, pero como cristianos se nos invita a vivir la vida sin preocupaciones ni temores. También se nos ha prometido un sueño reparador. Así que, si tus noches no son muy reparadoras, tómalo como una señal de que es hora de consultar a Dios.
Cuando adoramos, conectamos con una de las razones por las que fuimos creados: glorificar a nuestro Creador. ¿Cómo te sientes durante la alabanza? ¿Te resulta fácil participar o es una verdadera lucha? ¿Encuentras que tu atención se desvía, o te provoca pensamientos y sentimientos perturbadores? La adoración es increíblemente reveladora. Es un acto vulnerable que, a menudo, puede llegar directamente a la verdad sobre cómo estamos y cuánto hemos cultivado nuestra conexión con Dios últimamente. Si la alabanza te provoca emociones difíciles, antes de retirarte, recuerda que ninguna emoción es demasiado grande, demasiado aterradora o demasiado negativa para Dios. Vierte tu corazón en la adoración y deja que Dios te guíe hacia la paz. Por otra parte, si te sientes entumecido y distraído durante los momentos de adoración, prueba a abrirte deliberadamente a Dios sobre lo que sientes y sobre lo que piensas. Puedes hacerlo mientras cantas o tal vez sentarte y escribirlo en un diario.
¿Qué es una persona espiritual? Bueno, sabemos que cada uno de nosotros es espiritual. Igual que dedicamos tiempo al ejercicio, a dormir bien y a relacionarnos con amigos para nutrir nuestro cuerpo y nuestra alma, también tenemos que dedicar tiempo a nutrir nuestro espíritu.
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