Si has sido cristiano durante un tiempo, sabes de qué debería tratarse la Navidad. ¿No es así? Debería ser un tiempo para reflexionar sobre las “buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo” (Lucas 2:10). Debería ser un momento para explorar la realidad de la paz de Cristo en la tierra (Lucas 2:14). ¡Ha nacido nuestro Salvador! ¡La luz está aquí! La Navidad debería ser una época profunda. A veces resulta difícil encontrar la paz y la alegría en medio del caos de la decoración y la comida navideña. La razón de ser de la Navidad se desdibuja por el estrés de la época. Sin embargo, este año, quiero abrazar la verdadera realidad de una Navidad llena de Cristo. ¿Y tú? Mientras lees, haz una pausa y reflexiona brevemente sobre tu vida a medida que se acerca la Navidad. ¿Cómo te sientes? ¿Has encontrado ya un espacio adecuado para reflexionar sobre el hecho de que se acerca la Navidad y lo que significa? Si queremos encontrar la paz en la encarnación de Cristo este año, tendremos que ser intencionales en hacerlo.
El desafío de encontrar paz en Navidad es evidente. La Navidad es divertida, pero también puede ser una locura: una época hermosa pero complicada. Para muchos, la época puede parecer un desastre decorado en exceso. Horarios apretados. Niños hiperactivos. Una lista de regalos infinita con un presupuesto muy limitado. Tensiones en las relaciones. Clima insoportable. Todo esto puede hacernos gritar de estrés, frustración, agobio o las tres cosas a la vez. Si queremos encontrar la paz de Cristo en estas fiestas, primero debemos reconocer que la versión consumista de la Navidad de nuestra cultura moderna está muy lejos de la humildad del nacimiento de Jesús. La versión social de la Navidad nos roba la paz, en lugar de aumentarla, y esto es un problema. Para encontrar la verdadera paz, necesitamos cambiar nuestro enfoque y olvidarnos de las exigencias del mundo: una reorientación radical. Debemos ser conscientes de las presiones de este tiempo y resistir el ritmo implacable de la sociedad, volviendo a Aquel a quien en realidad intentamos adorar. “La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz” (Romanos 8:6).
La Escritura es clara en su testimonio: La verdadera paz solo se encuentra en Cristo. Y eso es verdad también en esta Navidad. Él es nuestra fuente desbordante de amor, paz y alegría. Pablo resalta este punto cuando ora en 2 Tesalonicenses 3:16: “Que el Señor de paz les conceda su paz siempre y en todas las circunstancias. El Señor sea con todos ustedes”. Si quieres saber cómo encontrar la paz durante estas fiestas, solo hay un lugar donde mirar: Jesús. Él es el Señor de la paz. Buscar la paz en Navidad en cualquier otro lugar acabará siendo infructuoso. Veamos algunas ideas prácticas para contemplar mientras buscas la paz de Cristo esta Navidad:
El Adviento es uno de esos momentos, en los que podemos recordar la primera venida de Jesús y esperar su regreso. Es una ocasión para bajar el ritmo, reflexionar detenidamente sobre el mensaje de Cristo y recuperar la perspectiva de nuestras vidas. Hay muchos devocionales de Adviento que te ayudarán a reflexionar sobre la encarnación de Cristo en Glorify. Este tiempo puede ser un recordatorio diario de la verdad de Jesús.
“Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas”. Mateo 14:23 La Navidad está asociada al ruido: fiestas, gente y bullicio. Aunque todo esto puede ser divertido, debemos ser conscientes de que el ruido constante puede ser un factor clave que contribuya a nuestra falta de paz festiva. Mientras Jesús caminó por la tierra, nos enseñó la necesidad de estar tranquilos durante las épocas de mayor actividad. Cada vez que Jesús tenía que tomar una decisión importante, o atravesaba un momento intenso, los Evangelios lo registran retirándose a espacios de oración para reflexionar. Si Jesús necesitaba retirarse para estar con Dios, nosotros también lo necesitamos. Si quieres paz esta Navidad, tienes que encontrar tranquilidad. No dejes que desaparezca de tu radar. No tiene que ser durante horas. Pero debe buscarse intencionalmente. En el espacio de quietud, podemos escuchar a Dios, recalibrar y recuperar la verdadera perspectiva de nuestras vidas. ¿Dónde está tu espacio de tranquilidad? En estas fiestas, no dejes que desaparezca tu rutina de encontrar espacios de oración. Por el contrario, búscalos aún más. Un buen ritmo de quietud entre el ruido te ayudará a encontrar una paz inesperada a lo largo de la Navidad, sea lo que sea lo que las fiestas te deparen.
“Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos”. Colosenses 3:15 La búsqueda de la paz de Cristo no es solo una actividad individual. También se descubre en nuestras comunidades. A través del Espíritu Santo, Jesús está poderosamente presente entre los suyos siempre que están juntos. Él se mueve a través de su iglesia. Como pueblo de Dios, estamos radicalmente llamados a amar a la comunidad y, en ese entorno, debemos experimentar y hacer la paz. A veces, la paz más profunda se descubre a través de la conexión relacional con los demás. Esta Navidad, no te permitas aislarte en tus luchas. Encontrar la paz empieza a menudo por ser vulnerable y pedir ayuda. Necesitas a los que te rodean. Todos los necesitamos. Si hoy estás luchando por paz, piensa a quién podrías acudir. Dios trabaja a través de las personas, y él puede usar a otros para ministrarte su paz. Acoge a la comunidad en estas fiestas y permite que la paz de Cristo descanse sobre ti y tus seres queridos mientras lo haces. Pide ayuda si la necesitas.
“Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros”. Juan 1:14 La conclusión, pues, es clara. Si quieres paz en Navidad, necesitas a Jesús. Como cristianos, nunca estamos solos. Dios quiere darnos su don de paz trascendente. Esta temporada, abraza el Adviento, el silencio y la comunidad y deja que todo eso te oriente hacia el Príncipe de la Paz: Cristo mismo. Foto por Kieran White en Unsplash Foto por Chad Madden en Unsplash
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